Isabel Villalta publica un libro sobre toponimia y gentilicios

Isabel Villalta publica un libro sobre toponimia y gentilicios

Isabel Villalta Villalta ha publicado un curioso y bien documentado libro en el que indaga sobre los orígenes del topónimo Membrilla y su gentilicio membrillato. A lo largo de su esmerada investigación etimológica habla de los orígenes de su localidad natal así como de la relación de su gentilicio con el de la vecina ciudad de Manzanares.

Cultura
24-09-2005

La escritora natural de Membrilla, que reside en Manzanares desde 1980, era conocida por su faceta poética, con varios libros escritos y uno publicado, el titulado "Diálogos". Sin embargo ahora sorprende al lector como investigadora lingüística con su segundo libro, "El topónimo Membrilla y su gentilicio membrillato", en el que esta Licenciada en Filología Hispánica realiza un profundo estudio histórico - lingüístico y etimológico.

El libro, que se puede encontrar en las librerías de la zona a 10 euros, fue presentado el pasado mes de agosto durante las fiestas de Membrilla y está gozando de gran aceptación entre los lectores de la comarca, ya que sus bien documentados contenidos no sólo resultan de interés para los membrillatos, pues presenta referencias históricas y etimológicas de las poblaciones del entorno (e incluso de otras europeas) y el porqué de sus gentilicios.

El libro de Villalta está editado y patrocinado por la Sociedad Cooperativa Casa Brunetto a través de su fondo de educación y promoción, y prologado por su paisano Pedro Sánchez-Prieto Borja, Catedrático de Historia de la Lengua, quien avanza que ni el topónimo Membrilla tiene su origen etimológico en el fruto del membrillo ni Manzanares en la manzana.

A lo largo de las 126 páginas del libro, Isabel Villalta se centra en el origen de Membrilla como pueblo en los siglos X u XI, dedicando la mayor parte de la investigación a la evolución del topónimo, desde "mama" (designación antropomórfica por la semejanza del cerro del Espino con un pecho) a "Membrilla" pasando por "mammula", "mambla" y "mamblilla". Es un ejemplo histórico de la evolución de nuestra lengua por las diferentes variaciones incluidas por los hablantes, tal y como ocurrió con el Manzil-Nahar ('posada del río' en árabe) que dio lugar al topónimo Manzanares.

La última parte del libro la dedica al anómalo gentilicio terminado en el sufijo -ato, "membrillato", tal y como se denomina a los habitantes de este municipio. Villalta señala que lo lógico sería "membrillano", teniendo en cuenta el gentilicio derivado de topónimos acabados en -illa (como Sevilla o Castilla), pero que fue precisamente el apelativo "manzagato" con el que se designaba a los habitantes del vecino pueblo el que hizo factible el gentilicio "membrillato" como devolución vecinal de apelativos, a veces ofensivos, a veces cariñosos.

Sin duda, el trabajo de Isabel Villalta resulta muy comprensible e interesante. En él encontraremos otras curiosidades sobre la toponimia e historia de la lengua así como fotografías y documentos. Destaca también la ilustración de la portada con la representación pictórica que en el siglo XVII hizo de Membrilla el viajero Pier María Baldi.