Lorenzo Díaz-Pinés, a través de un estudio sobre localismos, ve la lengua como lugar de convivencia

Lorenzo Díaz-Pinés, a través de un estudio sobre localismos, ve la lengua como lugar de convivencia

La lengua como lugar de convivencia es el tema que, a través de lo localismos, ha desarrollado Lorenzo Díaz-Pinés en la revista de ferias de este año del Ayuntamiento de Manzanares. Son los localismos vocablos o locuciones que sólo tienen uso en un área restringida, pero el escritor manzanareño prefiere verlos como istmos que comunican entre sí a las personas, de ahí que haya titulado su trabajo "localistmos".

Cultura
30-07-2005

Díaz-Pinés hace un estudio detallado de casi tres centenares y medio de vocablos o expresiones usadas en Manzanares, presentado a modo de diccionario, en los que rememora palabras que se usan en la actualidad y otras que han caído en desuso, confrontando el significado local con el que tienen en el Diccionario de la Real Academia Española en los casos en que esta comparación resulta pertinente.

Usando como principales fuentes de información a vecinos manzanareños que cita expresamente - Catalina, Eugenio, Senén, Jesús, Gabriel y Paco Gapliego -, Díaz-Pines ha rastreado, con paciencia digna de un franciscano, que con el término "abuelos" en Manzanares se designan pelos cortos del cogote, que "adormijado" se usa por adormilado, y que "amañanar" equivale a amanecer, por citar algún ejemplo cogido al vuelo.

Dice Díaz-Pinés que le ha parecido bueno presentar este estudio ahora, cuando tantos manzanareños y visitantes han llegado al pueblo para pasar el verano o unos días de vacaciones, a fin de "rememorar -para compartir- modos, palabras, expresiones (muchas en riesgo de desaparición) que siendo muy de aquí, a menudo han viajado lejos y en estos días regresan a la resecas riberas del Azuer".

El autor del trabajo es consciente de que su labor no se termina donde ha llegado él, por eso dice que "debe ser completado, continuado y corregido permanentemente". En cuanto a la finalidad del mismo afirma que no es otra que rescatar voces en peligro de extinción.

Y esto porque, citando al profesor Luis Ceballos en su discurso de ingreso en la Real Academia, Diaz-Pinés suscribe que el lenguaje, con algunas peculiaridades, es una cosa viva que como tal tiene que estar sujeta a las leyes de la biología, "todo ser vivo nace, tiene un proceso de desarrollo más o menos largo, llega a la completa perfección en el estado adulto, declina y muere".