El teatro filosófico de Bernhard llega a la escena española con la compañía Galanthys

El teatro filosófico de Bernhard llega a la escena española con la compañía Galanthys

El Gran Teatro de Manzanares acogió el jueves el estreno absoluto de la obra de teatro “Ritter, Dene, Voss”, con la que la compañía Galanthys Teatro acomete la difícil empresa de llevar a la escena española los textos filosóficos del genial dramaturgo austriaco Thomas Bernhard. Esta función, que el 6 de septiembre llega al Círculo de Bellas Artes de Madrid, puso el colofón al 32º Festival de Teatro “Lazarillo”.

Cultura
02-09-2006

El montaje que dirige Rosario Ruiz Rodgers superó en Manzanares su primera prueba de fuego. El público del festival “Lazarillo” fue testigo de excepción del estreno de una propuesta escénica que pretende resaltar el valor de la palabra en el teatro contemporáneo. Para ello escoge a uno de los dramaturgos que más peso dan a sus reflexivos textos, el austriaco Thomas Bernhard.

“Ritter, Dene, Voss” es a juicio de importantes directores de escena europeos la mejor obra teatral de Bernhard. Fue escrita en 1984, cinco años antes de su muerte, y lleva el nombre de los tres actores austriacos que protagonizaron algunas de sus obras: Ilse Ritter, Kirsten Dene y Pert Voss. El texto se centra en la relación familiar del filósofo Ludwig Wittgenstein con dos de sus hermanas y expresa el estado del mundo, la mediocridad generalizada, la impostura frente al arte moderno, la hipocresía frente a la enfermedad, el amor-odio en la familia.

Durante las dos horas de función son dignas de alabar las actuaciones de Ana Caleya, en el papel de la hermana pequeña, y de un espléndido Carlos Domingo como el excéntrico filósofo que todo cuestiona y critica sin importar el maltrato psicológico que causa en sus hermanas, sobretodo en la mayor, encarnada por Rosa Savoini.

Las profundas reflexiones sobre los sentimientos y la voluntad humana, la mala salud del protagonista, el amor por la música y el teatro que aparecen en el texto de esta obra son claros apuntes autobiográficos del autor, que fue musicólogo y actor pero que prefirió a Schopenhauer antes que a Shakespeare.