Gloria Jiménez Moya desvela los ‘Mecanismos que mantienen la desigualdad de género’
Organizado por el Centro de la Mujer
Gloria Jiménez Moya desvela los ‘Mecanismos que mantienen la desigualdad de género’
La investigadora y doctora en Psicología, Premio Igualdad 2025, ofreció en la biblioteca una interesante conferencia basada en la evidencia empírica
La BPM ‘Lope de Vega’ de Manzanares acogió ayer la conferencia ‘Mecanismos que mantienen la desigualdad de género’, a cargo de la investigadora y doctora en Psicología Gloria Jiménez Moya. El Centro de la Mujer organizó esta actividad en la que la ponente, Premio Igualdad 2025, desgranó aquellos elementos que contribuyen a perpetuar la desigualdad de género en el día a día. Basándose en la evidencia empírica se centro en tres mecanismos: los estereotipos de género, los prejuicios y el ‘sexismo inverso’.
La manzanareña Gloria Jiménez Moya es doctora en Psicología por la Universidad de Granada, donde ejerció la docencia, y actualmente es profesora en la Pontificia Universidad Católica de Chile, además de investigadora asociada del Centro de Conflicto y Cohesión Social. Sus líneas de investigación se centran en la desigualdad de género y la evaluación del impacto de las medidas para reducir esta brecha.
Así lo explicó la concejala de Políticas de Igualdad, Laura Carrillo, que fue la encargada de presentar a la ponente, galardonada este año con el Premio Igualdad que otorga el Ayuntamiento: “todos consideramos que era una gran candidata a obtener este premio porque es una manzanareña que está dedicando su esfuerzo, su trabajo y su saber en esta lucha que comparte con lo que hacemos desde el Centro de la Mujer, desde la concejalía de Políticas de Igualdad y desde el Ayuntamiento de Manzanares y todos sus departamentos”.
Un premio a su trayectoria y su compromiso con la lucha por la igualdad que, según expresó la propia galardonada antes de comenzar su ponencia, la llenó de emoción al representar un reconocimiento a su trabajo y, a la vez, un vínculo personal con su origen y su pueblo.
La charla celebrada en la BPM ‘Lope de Vega’ se centró en desgranar los “pequeños grandes mecanismos” que contribuyen a perpetuar la desigualdad de género en el día a día, a pesar de que la sociedad reconoce la importancia de erradicarla. La investigadora enfatizó que su exposición se basaba en datos y evidencia empírica, no en opiniones, buscando “conectar la ciencia con la divulgación, para mejorar la calidad de vida de las personas”.
Uno de los principales mecanismos que abordó fue el de los estereotipos de género. Estudios recientes, como uno realizado en Chile con una muestra representativa, revelan que incluso personas que se consideran igualitarias siguen teniendo estereotipos de género interiorizados y automatizados, poniéndolos en práctica sin darse cuenta. La conferenciante mostró cómo persisten ideas tradicionales, como que los hombres son más competentes y ambiciosos, mientras que las mujeres son más sensibles y cuidadoras. Estos estereotipos tienen un efecto pernicioso, creando “corsés” o trampas, especialmente para niños y niñas que no encajan en ellos.
En este sentido, mostró un experimento de la BBC en el que se ilustra cómo los adultos interactúan de manera diferente con bebés según su género percibido, ofreciendo juguetes que fomentan distintas capacidades (espacial para niños, empatía para niñas). Es necesario conocer la “plasticidad cerebral”, que se moldea con las experiencias; lo que demuestra la importancia de no limitar el desarrollo de niños y niñas mediante juguetes o actividades estereotipadas.
El segundo mecanismo fue el prejuicio de género, o sexismo, que implica juzgar o tratar a una persona basándose únicamente en si es hombre o mujer, sin importar sus características individuales. Aunque los datos históricos muestran una disminución del sexismo declarado a lo largo del tiempo, la realidad evidencia que la discriminación y la desigualdad persisten. Esto ha llevado a distinguir entre el sexismo hostil –la creencia clásica de que las mujeres son inferiores o buscan robar poder a los hombres– y el sexismo benévolo. Este último, descrito como “paternalista y encubierto” bajo una visión supuestamente positiva (las mujeres son bellas, necesitan ser cuidadas y protegidas), es particularmente peligroso por pasar desapercibido. Mientras el sexismo hostil se dirige a mujeres que rompen roles tradicionales, el sexismo benévolo “premia” a las mujeres que encajan en la norma.
Finalmente, la doctora abordó el concepto emergente de ‘sexismo inverso’, la creencia de que los hombres están siendo discriminados a medida que las mujeres ganan derechos. Este fenómeno global que, tal y como afirmó Jiménez, tiene consecuencias “preocupantes”, es particularmente notable entre los hombres más jóvenes, con un estudio en 30 países indicando que un 57% de ellos siente que está siendo discriminado por el avance de los derechos de las mujeres.
Como conclusión, Gloria Jiménez señaló la necesidad de trabajar en el fomento de nuevos modelos de masculinidad. Mientras que empoderar a la mujer en roles públicos parece socialmente más aceptado, fomentar que los hombres asuman roles de cuidado es percibido, erróneamente, como “bajar un escalón” en términos de estatus.
La doctora Jiménez Moya cerró con una reflexión: “la desigualdad de género se mantiene a través de estas actitudes y creencias automáticas y no conscientes que se manifiestan en pequeños grandes actos cotidianos”. El reto fundamental, pues, radica en detectar y erradicar estos sesgos internos en nuestras interacciones diarias, ya que sin un cambio en las relaciones cotidianas, la transformación a gran escala será imposible.