Jaime García-Carpintero desvela los orígenes estratégicos de la Encomienda de Manzanares
Preámbulo de las XII Jornadas Medievales
Jaime García-Carpintero desvela los orígenes estratégicos de la Encomienda de Manzanares
Su situación fronteriza con otras órdenes, el paso de rutas ganaderas y la creación de una iglesia, claves según el doctor en Historia y profesor de la UCLM
En la víspera de las XII Jornadas Histórico Turísticas 'Manzanares Medieval', la biblioteca municipal 'Lope de Vega' acogió el pasado jueves la conferencia 'Evolución de las Órdenes Militares en la Baja Edad Media. Calatrava y Manzanares', a cargo de Jaime García-Carpintero. El doctor y profesor de Historia de la UCLM, habló de los orígenes de esta población, directamente vinculados a la Orden de Calatrava.
El acto, organizado por la Asociación Cultural 'El Zaque' en colaboración con el Ayuntamiento de Manzanares, sirvió como “pistoletazo de salida” para las Jornadas Medievales, según expuso en su presentación la concejala Paqui de la Cruz, acompañada de Francisco Contreras en representación de 'El Zaque'.
El encargado de profundizar en la historia de las Órdenes Militares fue Jaime García-Carpintero López de Mota, Profesor Ayudante Doctor de Historia Medieval en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). El ponente, doctor en Historia y natural de Daimiel, está especializado en historia y arqueología medieval. Entre sus objetivos estuvo desmontar tópicos sobre una época cuya huella está aún muy presente.
García-Carpintero explicó que las Órdenes Militares son instituciones mucho más complejas que la simple imagen del “monje guerrero” que lucha contra los musulmanes desde los castillos. Su nacimiento, en el contexto de las Cruzadas y la fusión del arquetipo religioso y el caballero, supuso un “escándalo” inicial para los fundamentos de la Iglesia, que tuvo que ser legitimado teológicamente.
Avanzando en el tiempo, el profesor se centró en la Baja Edad Media, un periodo de importantes transformaciones. Durante esta época, las órdenes sufrieron un proceso de “aristocratización” y “ennoblecimiento”, ejemplificado en figuras como Álvaro de Luna. Los cambios incluyeron la participación de las órdenes en conflictos contra otros cristianos, la creciente presencia de linajes nobiliarios, y la secularización de los caballeros, debilitando los votos monásticos originales como la pobreza y la castidad.
Un cambio administrativo clave fue la ruptura de la “mesa común”, según el ponente. Inicialmente, todo el territorio de la orden se gestionaba de forma unitaria, pero luego fue dividido en circunscripciones menores y más eficientes: las encomiendas, “células básicas de administración señorial” que se entregaban a un caballero para que se encargara de gobernar, administrar y defender el territorio.
El origen de la Encomienda de Manzanares
El eje central de la conferencia fue la Orden de Calatrava y el establecimiento de la Encomienda de Manzanares que dio lugar a esta población. Aunque la fecha exacta no es segura, su origen se situaría aproximadamente a finales del siglo XIII, según García-Carpintero, y el primer comendador del que se tiene constancia documental es Blasco Núñez.
La creación de esta encomienda responde a razones estratégicas de la Orden de Calatrava. Este enclave era un hito fronterizo. Su término es una “gran punta de lanza” que protegía y separaba el Campo de Calatrava de los territorios de las órdenes de Santiago y San Juan. Además, servía de baluarte justo frente a la importante fortaleza santiaguista del Castillo del Tocón, en Membrilla.
Además, se encontraba en las rutas de tránsito ganadero, en la confluencia de las Cañadas Conquense y Soriana Oriental. La ganadería era una fuente de recursos muy relevante para las órdenes, que obtenían importantes ingresos por el pasto y los derechos de paso.
El profesor García-Carpintero planteó una hipótesis más sobre el origen de Manzanares: la de la jurisdicción religiosa. Frente a los núcleos previos a la ocupación musulmana, cuyas iglesias dependían del obispado, las órdenes militares tenían el privilegio de fundar iglesias propias en “lugares desiertos”. Al fundar un nuevo pueblo, la Orden se aseguraba que el control del párroco y los diezmos (impuestos principales que percibía la Iglesia) estuvieran en manos del priorato y no de un obispo, consolidando su poder económico y su influencia.
El asentamiento de Manzanares acabó así absorbiendo poblaciones cercanas como Moratalaz. Su crecimiento fue impulsado, probablemente, por la creación de ‘cartas puebla’ que ofrecían condiciones muy beneficiosas (tierras, casa, exención de impuestos temporales) para atraer población a este punto estratégico para la Orden de Calatrava.