Olmo Risquez: El agua de Manzanares procede de un acuífero sobre explotado

Olmo Risquez: El agua de Manzanares procede de un acuífero sobre explotado

El agua que se consume en Manzanares procede de un acuífero sobreexplotado, el 23. El biólogo manzanareño José Luis Risquez, convencido de la importancia del agua que bebemos y utilizamos y de que “cuanto mejor la conozcamos más conscientes seremos de su importancia”, sigue su recorrido desde que se alumbra en los pozos de los Romeros o Carnicerías hasta que se reintegra a subsuelo.

Medio Ambiente
12-08-2006

El agua que se emplea en Manzanares y Membrilla recorre más de ocho kilómetros desde los pozos de extracción hasta los depósitos del Pocillo de San Máximo, donde se potabiliza para consumo humano. Desde allí, a través de varias tuberías, se divide en dos ramales, uno hacia Manzanares y el otro hacia Membrilla.

En Manzanares –afirma Olmo Risquez- esta agua puede circular por más de veinte kilómetros de tuberías hasta llegar a nuestros grifos. El agua gastada sale casi pura para ser vertida al río Azuer, desde donde puede pasara nuevamente al acuífero y de esa forma cerrar el ciclo del agua.

El biólogo señala que el acuífero 23, del que se extrae el agua de Manzanares lleva varios años sobreexplotado porque de él se saca más agua de la que recibe. De este depósito subterráneo se extrae el agua a través de los dos pozos situados a unos doce kilómetros de la población. Su profundidad es considerable y el agua se mantiene a un nivel relativamente profundo.

De los pozos el agua va a parar a un depósito que se encuentra en un pequeño cerro, situado unos cuarenta metros por encima del nivel medio de Manzanares, lo que permite que el agua pueda llevar con facilidad hasta una altura máxima de cuatro o cinco plantas. Los pisos más altos necesitan bombas de agua para un suministro adecuado. A escasos metros del depósito se encuentra la potabilizadora.

Cuando el agua llega a la población tiene que rellenar más de veinte kilómetros de tuberías y cañerías que constituyen la red de abastecimiento. Olmo dice que los ciudadanos de Manzanares suelen gastar una media de veinte metros cúbicos bimensuales que van destinados principalmente al consumo directo, la lavadora, la higiene personal y el uso de las cisternas, siendo el mayor gasto de agua el de uso industrial. Otro importante consumo de agua es el debido al riego de parque y jardines.

El agua utilizada va a través de desagües y alcantarillas a la red de aguas sucias, una red de varios kilómetros de tuberías, todas ellas comunicadas para colectar en una principal que lleva el agua residual hasta la planta depuradora. Una vez que el agua entra en la depuradora es mantenida en unas balsas de aireación durante unos días, donde se está produciendo el tratamiento secundario y con ello la depuración del agua.

El biólogo Olmo Risquez afirma, en una colaboración para la revista de ferias de Manzanares, que “el agua sale limpia de la depuradora y va a desembocar al río Azuer, donde gran parte se filtrará al acuífero 23, otra se evaporará y otra continuará circulando, cerrándose de esta forma el ciclo del agua”.