Tomás Sánchez-Gil recibió el homenaje de Cruz Roja

Como si se tratara de una figura del toreo cuando acaba una temporada o se corta la coleta, Tomás Sánchez-Gil, recibió el pasado 15 de diciembre los trofeos por su gran faena de toda una vida en la Cruz Roja. Fue en el homenaje que los actuales responsables locales de la institución tributaron a este amante de la poesía y de los toros que en Manzanares siguió la estela del suizo Henry Dunant, fundador de Cruz Roja.

Al homenaje a Tomás Sánchez-Gil, celebrado en el Centro Cívico “Divina Pastora” durante la clausura de las I Jornadas de Información de Cruz Roja, asistieron sus familiares y amigos, así como voluntarios actuales y pasados de la organización a cuyo frente estuvo dos décadas. El actual presidente de la asamblea local, Conrado García, habló de lo emotivo del día antes de que el presidente provincial de la ONG, Juan Sánchez, hiciera entrega a Sánchez-Gil de una estatuilla de Don Quijote de La Mancha.

“Tomás Sánchez-Gil tuvo el coraje de iniciar la labor humanitaria de Cruz Roja en esta población y debe servirnos de guía en nuestro trabajo a favor de los colectivos más vulnerables”, afirmó el presidente provincial antes de pedir a la población de Manzanares que siga el ejemplo del homenajeado y dedique parte de su tiempo en ayudar a los demás.

Como agradecimiento, Sánchez-Gil recuperó el poema titulado “Y se llamaba Henry Dunant”, con el que en 1993 ya correspondió en la cena homenaje que recibió junto a Jesús Gómez Velada. En este nuevo reconocimiento, fue el locutor local Juanjo Díaz-Portales quien le prestó la voz y leyó los versos de Tomás Sánchez-Gil en los que reconocía estar muy contento y satisfecho por haber pertenecido casi veinte años a “la institución de más mérito, filantrópica y neutral” y con los que glosaba la figura del artífice de la Cruz Roja.

No fueron los únicos versos de la jornada ya que el ex presidente local de Cruz Roja, Juan García-Espinosa, viudo de la también presidenta de la institución, Chelo García, escribió y recitó un bonito poema en el que conjugó las grandes pasiones de Tomás Sánchez-Gil: los toros, la poesía y la Cruz Roja.

La emoción también emergió cuando en un espontáneo gesto de agradecimiento en nombre de los actuales voluntarios de Cruz Roja Manzanares, María Garrido intervino para decir a Sánchez-Gil que su labor “no ha caído en tierra yerma” y que para ellos es su particular Don Quijote.

Con este homenaje a quien Juan Sánchez calificó de figura “histórica” en la organización, el presidente provincial de Cruz Roja dio por clausuradas oficialmente estas I Jornadas de Información que deseó hayan servido para incrementar el voluntariado y que sean muchas las personas de Manzanares que experimenten la satisfacción que se tiene cuando se ayuda a los más necesitados.