Setenta y seis niños bielorrusos llegaron a Manzanares el miércoles

Setenta y seis niños bielorrusos llegaron a Manzanares el miércoles

Setenta y seis niños y niñas procedentes de Bielorrusia llegaron el miércoles a Manzanares para pasar el verano con familias de Castilla-La Mancha y Andalucía. La Asociación Niños Pro Mundi “Manza-Llanos” se encargó de gestionar la acogida de los pequeños, quedándose en Manzanares un total de diez.

Sociedad
01-07-2006

Aunque con mucho retraso sobre la hora prevista, a las once menos cuarto de la noche, llegaban a Manzanares dos autobuses con setenta y dos niños bielorrusos. Sus familias acogedoras, procedentes de diferentes puntos de Andalucía y Castilla-La Mancha, contaban los minutos para poder abrazar a sus pequeños que pasarán el verano con ellos.

El rostro de cansancio era patente en todos los chiquillos que deseaban llegar a sus casas, ducharse, dormir y, algunos de ellos, ansiaban comer carne al día siguiente. Así lo comentaban tres niñas que pasan el verano, desde hace años, en Torrenueva, Manzanares y el Cuervo, Sevilla, respectivamente.

Los niños bielorrusos narraban la experiencia del viaje a España. Un trayecto muy largo que comenzó a las once de la noche del martes 27, y finalizó pasadas las once de la noche del miércoles. Lo más duro, según los niños, fue el recorrido en autobús desde sus ciudades de procedencia hasta llegar a Varsovia, Polonia. Desde allí tomaron un avión con destino a Madrid, después otro autobús, para llegar a Manzanares y desde esta ciudad fueron recogidos por sus respectivas familias españolas

Los padres acogedores se mostraban felices de tener consigo a sus niños niñas. Todos ellos destacaban de esta experiencia el amor reciproco que se dan los unos a los otros y que con el paso de los años los pequeños forman parte de la familia. “Me da más que yo le doy. Estoy deseando que llegue el verano para que llegue nuestra niña”, dijo una madre acogedora.

Son muchas las anécdotas que relataban las familias acogedoras. Una madre de Bolaños dijo que su niña Bielorrusa le costó”un poquito” adaptarse a las comidas. Narraba que la primera vez que se dispuso a comer langostinos la niña no quiso porque le daba miedo.

Por otro lado, hasta que regresen a su país el próximo veinticinco de agosto son muchas y muy variadas las actividades de las que podrán disfrutar los niños con sus respectivas familias. Loli Acevedo, presidenta de la Asociación “Niños Promundi Manza-Llanos”, adelantaba una excursión a la playa.

Ofrecerles el bienestar general que proporciona el clima de España, una alimentación sana y equilibrada, y el seguimiento sanitario que muchos de ellos necesitan, son algunos de los factores que motivan a las familias integrantes de la Asociación para acoger a los niños bielorrusos cada año.