– La Clavería y el Castillo de Manzanares en la Edad Media (1239-1500)

La Clavería y el Castillo de Manzanares en la Edad Media (1239-1500). Juan de Á. Gijón Granados. Doctor en Historia.

     Salía el sol un 4 de septiembre del año del Señor de 1239 y a lo largo del día las jerarquías de los monjes-guerreros de Calatrava y Santiago se reunían en la villa de Membrilla para crear el actual término municipal de Manzanares. A una señal de la cruz y en el Castillo del Tocón diez caballeros y un clérigo de Calatrava, junto a una docena de caballeros y un clérigo de Santiago, llegaban al acuerdo de fijar nuevas fronteras entre ellos desmembrando una parte de la santiaguista Encomienda de Alhambra (que entonces llegaba hasta Siles y La Solana), creando en un acuerdo político la Encomienda de Manzanares. El motivo fue ajustar las fronteras de dominio entre las órdenes de Calatrava y Santiago en esta zona del Campo de Calatrava. En pleno proceso de reconquista se producía un intento de repoblación de las tierras conquistadas a los hispanomusulmanes de Al-Andalus en este Lugar de Manzanares al abrigo de la importante villa de Almagro, de la que dependerá hasta inicios del siglo XVI.

     Bajo el reinado de Fernando III El Santo, el Maestre de la Orden de Santiago, D. Rodrigo Iñiguez, arrebató a Frey Fernandarias de Galarza, Comendador de Alhambra, una parte de su señorío para que el Maestre de Calatrava, D. Martín Ruiz, creara otro nuevo en donde una fortaleza fuera el eje de la explotación y defensa del territorio. La responsabilidad de este cambio fronterizo entre Órdenes Militares hermanadas y sus posibles conflictos jurisdiccionales quedaban en un primer momento en manos del Clavero de Calatrava, Frey Rodrigo Fernández, y del Comendador de Montiel, como máximas autoridades para dirimir los problemas que se suscitasen.

     Como no existía un asentamiento anterior, salvo una aldea de nombre perdido y rebautizado por los cristianos como Argamasilla de Pilas Bonas cuyas ruinas serán límite entre Manzanares y Membrilla, se buscará el lugar más adecuado para levantar una torre y su encasamento, al modo de un donjon francés. En las mismas fechas, en la zona de Murcia la Orden de Calatrava levantaba un asentamiento similar como “una torre con su cortijo”. El mismo planteamiento se realiza en Manzanares con el edificio militar, trayendo vasallos del norte de la península para vivir en tierras de frontera bajo la protección de la fortaleza. En la segunda mitad del siglo XIII ya tenemos noticias de la existencia de un Comendador de Manzanares, aunque durante toda la Edad Media el señorío estuvo vinculado al Clavero de la Orden de Calatrava. En los acuerdos de 1239 ya aparece el Clavero como uno de los responsables de la demarcación y en la primera descripción conservada del edificio, en el siglo XV, se habla de la Casa del Clavero en el interior del Castillo de Manzanares. 

     Dentro de la jerarquía de los caballeros de Calatrava al todopoderoso Maestre le seguía el Comendador Mayor, que era quien dirigía los ejércitos de la Orden, y a continuación el Clavero se encargaba de las llaves del Sacro Convento de Calatrava La Nueva y de su correcto funcionamiento. El Clavero tenía diferentes recursos asignados en distintos territorios y debió absorber algunas rentas de Manzanares. El imponente edificio de Calatrava La Nueva tenía necesidad constante de fuertes inversiones para mantener bien visible el símbolo del poderío calatravo[1].

     Cerca de 1284 conocemos que Frey Blasco Núñez señorea el Castillo de Manzanares. Este monje militar participó a caballo junto al Maestre D. Ruy Pérez Ponce en la revuelta de Badajoz (1289), la conquista de Tarifa (1292) y la toma del Castillo de Alficén en el Reino Nazarí de Granada (1295). A mediados del siglo XIV, quien había sido Clavero y en ese momento ostentaba el cargo de Maestre, Frey Juan Núñez de Prado, permitió amurallar la aldea de Manzanares con unas cercas almenadas igual de anchas que las del castillo. Las epidemias y otros peligros quisieron ser evitados de esta manera que ha dejado profunda huella en el casco antiguo de la población. En Manzanares vivía Dª. Urraca Fernández, familiar del Maestre, que obtenía los derechos económicos de la encomienda, o de la Clavería, y ello debió pesar en esta decisión.

     En el siglo XV destaca la presencia en la fortaleza del Clavero Fernando de Padilla (1407-1443). Almagro Vidal señala que este Clavero percibía las rentas de la encomienda[2]. Paralelamente a este personaje, una mujer, probablemente viuda, parece que recibía las rentas del señorío para su supervivencia. No sería extraño que las compartieran, heredándose sus derechos uno al otro en caso de fallecimiento. Fernando de Padilla llegó a ser Maestre de Calatrava tras la disputa por el poder con las armas que en 1442 provocó la Batalla de Barajas, cerca de Daimiel, donde murieron muchos caballeros y otros fueron hechos prisioneros. Debió haber una traición del bando perdedor porque un año después Fernando de Padilla fue liquidado en el Castillo de Calatrava La Nueva. Oculto el asesinato para pacificar la Orden de Calatrava el Comendador de Manzanares, Pedro de Ulloa, intentó convencer al Arzobispo de Toledo para que confirmase al frente de la institución al muerto, sin conocer su fallecimiento. En plena convulsión de la institución accedía al poder el Maestre Pedro Girón (1445-1466) de manera violenta. A este personaje el rey Enrique IV le propuso casarse con Isabel (La Católica), pero en su camino de Jaén a Madrid para hacer la petición de mano murió repentinamente y en 1469 Isabel de Castilla se casaba con Fernando de Aragón.

     El Clavero Frey García López de Padilla (hermano de Fernando de Padilla y último Maestre de Calatrava, 1482-1489) apoyó al bando perdedor en las luchas en la Castilla de la Guerra de Sucesión (1475-1479) entre los partidarios de la hija y la hermana del difunto Enrique IV: la Princesa Juanala Beltraneja y la Princesa Isabel (La Católica). Este clavero tomaba en septiembre de 1475 las fortalezas de Villarrubia, Manzanares, Daimiel y Almodóvar[3].

     Comenzada la campaña final de la Guerra de Granada (1481), y con la Orden de Calatrava pacificada, se recibía en el Lugar de Manzanares (1483)[4] a nuevos repobladores que vinieron a asentarse bajo la protección de la fortaleza calatrava. Entre 1491 y 1497 vivió en el castillo el Clavero Frey D. Gutierre de Padilla, pero en enero de 1492 los Reyes Católicos tomaban la ciudad nazarita de Granada, retirándose Boabdil a Las Alpujarras. Acababa de esta manera la fuerte presencia hispanomusulmana en la península, dejando al Castillo de Manzanares muy lejos de las fronteras con tierra de moros. Aislado en medio de La Mancha continuaría otras funciones, a veces militares, hasta su camino por los pasos perdidos de la historia.

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NOTA: El aspecto actual de la parte baja de la torre del homenaje engaña al visitante, porque un suelo de madera que dividía en dos el actual espacio coronado por la bóveda de motivo estrellado desapareció en el siglo XX. Este suelo de madera encerraba un sótano no subterráneo inaccesible desde arriba. Tenía una entrada lateral disimulada y debió servir como prisión en una primera etapa.

En la terraza superior, almenada, a la que se accedía por una trampilla, se la denominaba históricamente Patio de Armas por ser un espacio abierto situado sobre la Plaza de Armas que era donde se guardaban las armaduras y material de guerra de la encomienda.


[1] Sobre ello ver la reciente tesis doctoral de Juan Zapata Alarcón, El sacro convento-castillo de Calatrava La Nueva, UCLM., 2012, inédita.

[2] Clara Almagro Vidal, “Población, encomienda, territorio: Manzanares a finales del siglo XV”, En la España Medieval, Vol. 31, 2008, p. 133.

[3] Manuel Ciudad Ruiz, “Catálogo provisional de dignidades de la Orden de Calatrava”, Cuadernos de Estudios Manchegos, Nº 25-26, IEM., 2003, p. 264.

[4] Juan de Á. Gijón Granados, Arqueología Moderna en el Castillo de Manzanares (Ciudad Real). La nobleza, la Casa de Borbón y las Órdenes Militares, edición del autor en colaboración con el Excmo. Ayto. de Manzanares, 2003.