– Manzanares en la Edad Media

Manzanares en la Edad Media”. Francisco Ruiz Gómez. Doctor en Historia. Profesor de Historia Medieval de la Universidad de CLM

Los orígenes e Manzanares se remontan a la Edad Media, como los de la mayor parte de las poblaciones de su entorno. El final de la época musulmana y el tránsito hacia la implantación del poder hispano-cristiano en la zona es, sin duda alguna, el marco histórico en el que se inscribe la fundación de esta villa. Una vez consolidado el núcleo original y definida su evolución política posterior en el seno del reino de Castilla, su desenvolvimiento fue paralelo al despliegue de los grandes señoríos de las Ordenes Militares en la región. Más en concreto, Manzanares formó parte del dominio de la Orden de Calatrava y fue cabecera de encomienda en los siglos finales de la Edad Media.

El origen de Manzanares, a pesar de haber sido objeto de varias investigaciones monográficas, permanece confuso todavía (Sobre esta cuestión es imprescindible referirse al trabajo de J.A, GARCIA NOBLEJAS, Estudio crítico sobre el origen y nombre de Manzanares en Campo de Calatrava. Ciudad Real 1973). En un mapa hispano, musulmán de mediados del siglo XII, conocido como “mapa del Edrisi”, figura en esta región un topónimo que, no sin ciertas reservas, podría transcribirse como Manzanares. Avanzando por el camino de la hipótesis, este término podría ser una derivación de los vocablos árabes “Mansil” “Nahar”, cuya traducción es “Caserío del río”, desde luego, por el momento, no estamos en condiciones de ratificar todos los extremos de la hipótesis mencionada… No obstante, por lo que sabemos con respecto a otros lugares mejor documentados, la idea principal es decir la existencia de un pequeño poblado, caserío o alquería, en época musulmana que fuese el antecedente inmediato de una futura población hispano-cristiana, parece aceptable y altamente probable.

Una segunda hipótesis sobre el origen de Manzanares; la que podríamos llamar de repoblación. Según ésta, Manzanares surgió como una población nueva llevada a cabo por caballeros calatravos. Según la crónica de Rades y Andrada, el año 1198, siendo muy viejo el maestre don Nuño Pérez, Martín Martínez, comendador Mayor de Calatrava, con los caballeros de Ciruelos, Zorita, Cogolludo y otras villas –adviértase la localización de estos lugares al este de Toledo- “que por todos eran quatrocientos de cavallo y setecientos peones, entraron por las partes de Mançanares en el Campo de Calatrava, que le tenían los moros: y aviendo corrido la tierra hasta llegar cerca del castillo de Salvatierra….” (F.RADES Y ANDRADA, Crónica de Calatrava, Toledo 1572, ed. facsímil, fol. 21 vº)

La mención de Manzanares en este año es de dudosa validez, pues puede ser un anacronismo de Rades que escribe en el siglo XVI.

La campaña que culminó con la victoria de las Navas de Tolosa el año 1212 proporciona nuevos datos de interés registrados por la historiografía local de Manzanares.

Fue entonces cuando se inició la verdadera repoblación de la zona. No es una coincidencia que en un conocido documento de 1579, las Relaciones Topográficas ordenadas por Felipe II, se diga que 350 años antes se inició la repoblación de la villa de Manzanares. Es decir, hacia 1229 más o menos (VIÑAS MEY, C. Y PAZ, R Relaciones histórico-geográficas-estadísticas de los pueblos de España hechas por iniciativa de Felipe II: Ciudad Real. Madrid 1971). En la década siguiente, la de 1230-39, tuvo lugar la consolidación del señorío de las Ordenes Militares. En 1232 se lleva a cabo la participación de limites entre la Orden de San Juan y la de Calatrava (Calatrava, Bulario, doc, de fecha 1232). En 1237 partieron límites de las de San Juan y Santiago, actuando como árbitro el maestre de calatrava (CHAVES, op.cit. fol.16). Y en 1239 hicieron división y amojonamiento de términos los maestres de Santiago y Calatrava.(Calatrava, Bulario. Doc. De fecha 1239, septiembre 4)

En ese último documento se aprecia un cambio con respecto a lo dicho hasta aquí. En concreto, se traza una línea desde la Fuente de Perales hasta “la Argamasilla que es so la Membriella, y a los Pozos del Cerro y hasta Peña Roya” que ya parte términos con San Juan. Al oeste de esta línea es de Calatrava y al este de Santiago. Moratalaz y el lugar que hoy ocupa Manzanares, que hasta ahora habían pertenecido a Alhambra y por lo tanto al señorío de Santiago, serán en delante de Calatrava.

Hubo, en definitiva, una continuidad del doblamiento anterior a la conquista. Sobre él se impuso una nueva estructura de poder, el señorío de la Orden de Calatrava en el caso de Manzanares, que promovió la reorganización de los núcleos de población, posiblemente reagrupando la población dispersa de las alquerías en poblaciones mayores situadas en el entorno de los castillos o fortalezas que constituían el lugar de residencia del poder señorial.

El número de encomiendas existentes en el Campo de Calatrava se multiplicó (M.CORCHADO, La Orden de Calatrava, tomo IIP.78). En 1174, cuando aparecen por primera vez, sólo se mencionan tres, cuyas cabeceras se encuentran en otros tantos castillos. En 1284 ya había siete encomiendas en el Campo de Calatrava, del total de 19 que conocemos en el conjunto de la Orden.

La primera noticia de la existencia de la encomienda de Manzanares procede de la época del maestrazgo de Ruy Pérez Ponce, que lo ocupó entre los años 1284 y 1295 (RADES, Calatrava, Crónica, fol 47 vº). Por entonces, sabemos que fue comendador de Manzanares Don Blasco Núñez. Es posible que ya existiera anteriormente, como también es indudable que siguió existiendo después; aunque no vuelva a ser mencionada en la crónica hasta la época de los Reyes Católicos.

El castillo estaba regido por un alcaide que era nombrado por el comendador. Según los estatutos, debía ser un freile de la Orden; pero era frecuente que el cargo se arrendase libremente a cualquiera que estuviese dispuesto a pagar por ello. El alcaide actuaba como mayordomo del comendador y le correspondía su representación durante sus ausencias, cada vez más frecuentes.

Con respecto a la villa y su concejo, ya hemos dicho que ésta debió de formarse a partir de un núcleo anterior, si existió, y de la concentración de la población de otros lugares cercanos. En 1352 (Ibid. Nota 24), la villa tenía doscientas casas, por lo que podemos calcular una población máxima de 800 habitantes. Ese año ya estaba constituido su concejo y el alcalde, Don Johan Núñez, solicitó del maestre de Calatrava una exención de tributos durante cinco años para poder construir una cerca en torno a la villa de 800 metros de perímetro con tres puertas.

El régimen concejil (municipal) de las villas de señorío del Campo de Calatrava aparece fijado ya en el fuero de Calatrava del año 1147. Según éste, los vecinos elegían por votación a los alcaldes y la Orden los designaba para el ejercicio del cargo, que era anual. En la práctica, este procedimiento evolucionó en los últimos siglos de edad media de forma que los vecinos elegían normalmente a dos por el estado de labradores y otros dos por el de hidalgos, acto que tenía lugar el día de San Miguel de cada año.

Una sentencia dictada el año 1509 en un pleito mantenido entre la villa de Manzanares y su comendador, nos informa del estatuto jurídico existente en esta época (E.SOLANO, op, cit, p 220). En ellas establece que los vecinos de Manzanares tienen el derecho de elegir libremente cada año a todos los cargos concejiles, quedando para el comendador el derecho de entrega de vara, como era habitual en todo el Campo de Calatrava.

A final de la edad media, los comendadores de Manzanares que ejercían el señorío en la villa tendieron a ceder dichos derechos a cambio de un tributo, como ocurrió en muchos otros lugares. La misma sentencia del año 1509 indican que los hornos de Manzanares estaba arrendados desde hacía tiempo al concejo por una cierta cantidad de fanegas de trigo cada año; ahora, en virtud de dicha sentencia, se concede facultad a los vecinos para poder hacer hornos en sus casas libremente.

En el caso de Manzanares, como en otros lugares, el ejercicio del señorío al final de la edad media, y sobre todo después de la incorporación de las Ordenes Militares a la Corona, tendió a convertirse en un señorío rentista, generalizándose el absentismo de comendadores y además dignidades, lo que impuso un nuevo derrotero en la evolución de los acontecimientos…. pero eso es otra historia que, por ahora, no vamos a abordar.